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Catequistas Misioneros

Entendemos por "misión" al anuncio explícito del Evangelio a los no cristianos y a los cristianos alejados, obedeciendo al mandato de Jesús, y diferente de la "atención pastoral" de los fieles que espontáneamente se acercan a la Iglesia y participan de la vida eclesial. En tal sentido, la Catequeris será Misionera, en tanto en su desarrollo ordinario, incluya acciones concretas en favor de la evangelización de los no cristianos y a los cristianos alejados. Puedes leer aquí más acerca de la misión "ad gentes" y distintas maneras de participar de ella.

 

Veamos lo que nos dice el Magisterio de la Iglesia en relación a la Catequesis y su dimensión misionera:

 

La catequesis, que “ha sido siempre considerada por la Iglesia como una de sus tareas primordiales” (CT 1), “no puede disociarse del conjunto de actividades pastorales y misioneras de la Iglesia. Entre la catequesis y la evangelización no existe ni separación u oposición, ni identificación pura y simple, sino relaciones profundas de integración y de complemento recíproco” (CT 18).

 

La catequesis capacita al cristiano para vivir en comunidad y para participar activamente en la vida y misión de la Iglesia. (DGC 86). Y como la vida de la Iglesia es apostólica, los catecúmenos han de aprender también a cooperar activamente en la evangelización y edificación de la Iglesia con el testimonio de la vida y la profesión de la fe. (AG 14).

 

“La catequesis está siempre en relación con los sacramentos: una forma eminente de catequesis es la que prepara a los sacramentos” (CT 23). La catequesis de iniciación cristiana, concluye cuando los catecúmenos han recibido los sacramentos de la Eucaristía y la Confirmación, ambos con una connotación eminentemente misionera. “Por el sacramento de la confirmación (los cristianos) se vinculan más estrechamente a la Iglesia, se enriquecen con una fortaleza especial del Espíritu Santo, y de esta forma se obligan con mayor compromiso a difundir y defender la fe, con su palabra y sus obras, como verdaderos testigos de Cristo.” (LG 11)

 

Por ello, “la catequesis está abierta al dinamismo misionero. Si hace bien, los cristianos tendrán interés en dar testimonio de su fe, de hacerla conocer a otros, de servir de todos modos a la comunidad humana” (CT 24).

 

Refiriéndose a la labor de los catequistas, el DGC afirma, por último, que “también es importante poner todos los medios para suscitar vocaciones sacerdotales y de especial consagración a Dios en las diferentes formas de vida religiosa y apostólica, y para suscitar en el corazón de cada uno la específica vocación misionera” (DGC 86).

 

¿Cómo se puede hacer Misionera la Catequesis?

 

<< Mandanos ideas de actividades misioneras que realices con los Catequistas de tu Comunidad para enriquecer esta sección >>

 

Simple y sencillísimo!!  ¡¡Teniendo presente la dimensión misionera que no puede faltar a la catequesis!!

 

* Realizando una catequesis eminentemente kerygmática, que no se limite a "transmitir conocimientos", sino fundamentalmente a producir un "encuentro personal" de los catequizandos con Jesucristo.

 

* Creando en los catequizandos, conciencia de que todos somos misioneros y corresponsables de la misión universal, que todos estamos llamados a dar testimonio de Jesucristo y a anunciarlo a los que no lo conocen, comenzando por nuestra casa, nuestros amigos, compañeros de estudio, en el barrio, y hasta los confines de la tierra.

 

* Concientizando acerca de que la Confirmación es el sacramento misionero por excelencia porque nos confirma en la fe y nos configura como testigos de Cristo ( = misioneros), por lo cual, el camino de la Catequesis no concluye con la Confirmación, sino que recién comienza a partir de ella....

 

* Realizando con los catequizandos “servicios misioneros” concretos, como parte de las actividades de la Catequesis, a través de los cuales, den testimonio de manera concreta de su fe y se ejerciten para ser misioneros en la vida luego de concluido el proceso de la catequesis de iniciación: visitas a las casas, volanteadas en el barrio o en la Parroquia, etc.

 

* Saliendo a buscar a los que no vienen. Antes de iniciar la catequesis, además de avisar en Misa e inscribir "sólo a los que vienen", se puede salir por las casas de la jurisdicción parroquial a invitar a los padres a inscribir a sus hijos en la Catequesis.

 

* Aprovechando para evangelizar a padres y padrinos, si no es posible a través de la Catequesis Familiar, mediante encuentros o convivencias periódicas que no sean meramente informativas, sino kerygmáticas.

 

* Promover catecumenados para personas realmente alejadas. Nos referimos a procesos capaces de conducir de la no-fe a la fe, del alejamiento a la comunidad, del vacío a la experiencia religiosa, de la indiferencia a la opción por Cristo.


*
Ofrecer en todas las parroquias una catequesis de adultos y de jóvenes. Existen multitud de experiencias dispares de catequesis de adultos, con planteamientos muchas veces parciales, reduccionistas. Es necesario elaborar un plan concreto que permita a la parroquia ofrecer una catequesis de adultos cuyo objetivo sea encaminar hacia una fe más personalizada, más vivida y experimentada, mejor compartida en la comunidad, más encarnada en el mundo y más confesante.

 

* Haciendo misionera la oración de los encuentros: rezando por el mundo entero y por su salvación, especialmente por los que no conocen a Cristo, por los misioneros y por las misiones en los cinco continentes. Para esto, son valiosísimas herramientas el Rosario Misionero y las Intenciones Misionales del Santo Padre.

 

* En algunos encuentros, se puede leer y comentar, un testimonio de algún misionero, y ofrecer por él la oración, para despertar el interés por las misiones. También se pueden escribir cartas a misioneros de la diócesis que están en otros países.

 

* Enseñando el valor de la oración y el sacrificio ofrecidos por las misiones, los misioneros y por la salvación del mundo entero.

 

* Mediante una “Alcancía Misionera” en la cual todos hacen un pequeño aporte cada semana (una moneda...), y a fin de año, esos fondos se envían para las misiones a través de las Obras Misionales Pontificias.

 

 

Decálogo del niño/adolescente misionero

1.- Un niño/adolescente misionero mira a todos los hombres con ojos de hermano.

2.- Un niño/adolescente misionero conoce a Jesús, ama como Jesús, no se avergüenza de hablar de Jesús.

3.- Un niño/adolescente misionero reza todos los días a su Padre Dios por sus hermanos, los niños y adolescentes de todo el mundo.

4.- Un niño/adolescente misionero siempre dice ¡gracias!

5.- Un niño/adolescente misionero goza de poder dar, y de que los otros también puedan gozar al darle a él.

6.- Un niño/adolescente misionero está alegre en el servicio.

7.- Un niño/adolescente misionero sabe que su persona es más necesaria que su dinero.

8.- Un niño/adolescente misionero es generoso aunque le cueste.

9.- Un niño/adolescente misionero busca soluciones y las encuentra.

10.- Un niño/adolescente misionero siempre piensa en «nosotros».


e-mail: portalmisionero@hotmail.com